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1999

se apaga
la luz

Es una larga despedida. Hasta su cierre, en septiembre de 2000, para acometer una reforma integral, la luz del Victoria Eugenia se apaga poco a poco, combinando momentos brillantes con muestras de su deterioro. Desde el desprendimiento del peine de su escenario en 1993, el teatro reclama unas obras en profundidad. Sus achaques se manifiestan en la clausura del Festival de Cine de 1997, cuando debe suspenderse la proyección de 'The Game', de David Fincher con Michael Douglas, por una avería del sistema eléctrico.

El Zinemaldia se despide del Victoria Eugenia en una glamourosa edición, la de 1998, protagonizada por el trío de 'La máscara del zorro': Antonio Banderas, Anthony Hopkins y Catherine Zeta-Jones. En 1999, el Zinemaldia ya se desarrolla en el Kursaal y sólo se utiliza el teatro para la exclusiva fiesta de Canal +.

La Quincena Musical celebra su edición de 1999 a caballo entre ambos auditorios. En el teatro se escuchan las ocho primeras sinfonías de Beethoven, dejando para el Kursaal la novena, la misma que se interpretó en el primer concierto de la Quincena en el Victoria Eugenia. El festival musical se despide del viejo teatro con un brindis y un memorable recital en el que Teresa Berganza, después de siete bises, se inclina hasta besar el escenario.

El teatro aún continuará abierto en 2000. Desaparecerá el Maiatza Dantzan, el Golden Apple Quartet grabará un disco en directo y Flotats presentará 'Arte', pero ya toca apagar la luz durante una larga temporada.

Mikel Laboa, inmenso

Otra de las grandes fechas para la historia del teatro. El 5 de agosto de 1999, dentro de la Quincena Musical, Mikel Laboa protagoniza un gran concierto, lleno de matices y colaboraciones, un recorrido desde la txalaparta a la explosión sinfónico-coral, rematado con la interpretación junto al Orfeón Donostiarra y la EGO de 'Gernika', 'Txoria txori' y 'Baga, biga, higa'. El público queda conmovido. El eco del concierto continúa en su grabación, 'Gernika zuzenean 2'.

También el jazz

El Jazzaldia, único de los grandes festivales donostiarras que no lo había utilizado, inicia una tardía relación con el teatro. En 1990, utiliza el Victoria Eugenia para celebrar su 25o aniversario. Después de recurrir a él para protegerse de la lluvia en 1992, el Jazzaldia clausurará aquí su edición de 1997, con el Orfeón Donostiarra cantando música de Duke Ellington. Parece el inicio de una relación estable, pero que interrumpirá el cierre por reformas.